domingo, 21 de octubre de 2018

EL REINO DE SOROGOYEN. 66 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN.

 
   Tras dos años de su último film, el tándem Sorogoyen-Peña (ambos en la elaboración del guión y aquél en la Dirección), nos vuelven a "cortar la respiración", con su creación, "El Reino", un thriller trepidante, que toma el tema de la corrupción política como excusa para desarrollar un género en el que podemos afirmar, que son verdaderos "Reyes".

 En el desarrollo de la trama, Sorogoyen, se vale del manejo de la cámara, para meter de lleno al espectador, en la piel de su principal protagonista, Manuel López-Vidal, un excepcional Antonio de la Torre, al que seguimos, a golpe de nuca, y con incesante ritmo, al que contribuye la música tecno que domina el fondo,  en una frenética cuenta atrás, que no hace sino confirmar la solidez de un guión, que no sólo ofrece la tensión propia de un thriller soberbio, sino que cuida al extremo la interacción de sus personajes a base de unos diálogos fluidos que a veces juegan a modo de "dardos envenenados" entre sus intérpretes (véase sin ir más lejos, el cara a cara de De la Torre-Lennie, Manuel y Amaia Marín en la ficción, que funciona como una pieza aparte pero fundamental para entender el resto, en opinión de Bárbara, y que se articula como un duelo verbal magistral, tanto en su forma y sobretodo fondo, destapando verdades como puños, de la hipócrita realidad que nos envuelve...).

 En mi encuentro con ambos en San Sebastián,  aprovecho a preguntarles, si no temen que una película que a priori tiene como carta de presentación, a la corrupción política, pueda frenar un poco al público, harto de un tema que se ha convertido en carne de cañón de telediarios varios, en vez de percibir, la llamada a Salas, de un portentoso thriller:

   R. Bárbara Lennie: "Yo creo que generará interés...";
   R. Antonio de la Torre: "...si...yo creo que la película plantea una realidad, presenta unos personajes, una especie de documental político, que se mueve entre bastidores...y de repente, deviene en un thriller, y eso me parece muy interesante desde el punto de vista narrativo: Qué haces con ese material, que te plantea preguntas, de las relaciones, de cómo te abandonan, y al final puedes lanzar un mensaje, que me parecía esencial, porque para mi, la escena más importante, es la secuencia que habla de lo que a mí me interesa, que es la que tengo con Bárbara...así que opino que, Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, hábilmente, consiguen hablar de lo que a mi me interesa y a la vez, resulta entretenida...."; y en eso coincide  Bárbara.

   Película, en definitiva, valiente, de alto voltaje, que vuelve a subir mi pulsómetro particular, (y no hablo en sentido figurado: lo mismo me sucedió con su anterior filme, "Que Dios nos perdone") y que tiene la habilidad de lograr, que el espectador empatice de tal forma con su protagonista, que pasamos por alto lo que representa, y nos metemos en la piel del hombre, aquél, al que el Poder dió rienda suelta, y ahora, acorrala y devora, cual Saturno con su hijo...; 

                                       
         


     
           
 
                                     



                                   


 

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