martes, 17 de abril de 2018

"CUSTODIA COMPARTIDA". XAVIER LEGRAND.


   Galardonada en el Festival de Venecia con el León de Plata al Mejor Director y con el Premio Luigi de Laurentiis a la Mejor Ópera Prima y con el Premio TVE Otra Mirada y el Premio del público a la Mejor Película Europea, en el último Festival de cine de San Sebastián, esta semana llega a nuestras pantallas, "Custodia Compartida", opera prima de Xavier Legrand.

   Precedida de una excelente acogida de público en Francia, el film comienza con un final: El de una pareja cuya relación se ha roto y acuden al Juzgado a resolver el controvertido asunto de la custodia del hijo menor de ambos, llamado Julien, y que se resuelve en conceder a ambos progenitores, como revela el título de la película.

    Y es precisamente en ese "compartir" al niño, donde se desarrolla un soberbio thriller, que el director logra dosificar magistralmente, creando una tensión in crescendo, que el espectador contempla "compartiendo" el sufrimiento de un niño (y su progenitor) que se convierte en carne de cañón  de un sistema que hace aguas, permitiendo instaurar el maltrato por Decreto de una Justicia ciega y sorda que se desentiende de la opinión de un menor, en una vista que a penas dura unos minutos.

   "Custodia Compartida", se yergue como un tratado del maltrato en sus múltiples manifestaciones, que van desde las miradas evasivas, hasta la más volcánica explosión de violencia verbal y física, pasando por la respiración entrecortada, el rubor de la incomprensión, la fijación obsesiva, los celos, el cruce de mentiras, las medias verdades, la persecución y la huida, el llanto y el dolor, el abismo y su vacio, la soledad...;

   Película que debería de ser de obligado visionado, por retratar con extraordinaria verosimilitud, una realidad que por desgracia está a la orden del día, en una sociedad desquiciada, y que, dicho sea de paso, cuenta con una de las mejores secuencias de horror jamás filmadas, en este marco que nos muestra el director, de una tensión y crudeza tan apabullante, que deja, literalmente hablando, el corazón en un puño a quien asiste a este recital interpretativo y, en definitiva, cinematográfico.