Hacía tiempo que una historia no me llegaba tanto como la que tuve ocasión de ver ayer....,
El Olivo.
Su Directora, Icíar Bollaín.
En esta ocasión, parte de un coro de actores, para mostrar al individuo, al universo que late en sus personajes, construyendo una peculiar historia que se adentra en las miserias y grandezas que cohabitan en cada uno de nosotros.
SENTIMIENTO
Y es una historia que da voz al sentimiento, perfectamente contado por Paul Laverty, y plasmado por su directora....Sentimiento que aparece en la mirada perdida en el vacío de un abuelo, yayo....; en la angustia vital de una nieta, tremendamente interpretada por Anna Castillo, con una naturalidad tan extrema, que pone el listón muy alto al resto de sus compañeros, donde destaca un Javier Gutiérrez, inmenso en su sencillez, apabullante y con un porte que aguanta primeros planos sin apenas parpadear, como pocas veces se ven en la gran pantalla.
EL SONIDO
Del silencio del abuelo....
Del Grito ahogado de su nieta, que intenta llevarse con ella el tiempo, para que el tiempo no se lleve a su querido yayo...;
De pájaros ausentes....y naturaleza muerta...;
Del castigo del rencor y de las viejas heridas que siguen abiertas...;
Y EL OLIVO COMO PROTAGONISTA
Magestuoso Símbolo de la Vida y de la Muerte, del paso del tiempo que nunca se detiene,
de los recuerdos de una infancia, de la inocencia y del egoísmo más descarnado...;
Pero también del Perdón y del comenzar de nuevo, de lo Mágico, de la reconciliación con lo ajeno y con lo suyo propio.
....de la Esperanza.
Gracias Icíar por ser como eres.
Y mil gracias por tu magnífica película.
A mi yaya....;
