sábado, 5 de noviembre de 2022

LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS. 70 SSIFF

 Para su 70 aniversario,  el Festival de cine de San Sebastián,  había programado la proyección  de lo más granado del cine español,  y no me refiero sólo a su Sección Oficial...Uno de esos títulos,  se presentaba en Perlak, "Los Renglones  Torcidos  de Dios" basada en la novela de Torcuato Luca de Tena, del cineasta Oriol Paulo, un realizador con un marcado estilo personal, que no deja indiferente a nadie y que se caracteriza por el manejo del thriller de tintes psicológicos, con una atmósfera muy cargada, unos personajes que van tensionandose a medida que transcurre el metraje y unos giros de guión sorprendentes cuando menos...Todo ello con una estética muy personal y que se ayuda de una fotografía de más oscuros que claros y de una banda sonora al más puro estilo de las películas  de Hitchcock"Contratiempo""El Cuerpo", "Después de la Tormenta", etc, se encuadran en dicha línea. 


Con estos antecedentes y precedida de una gran campaña de marketing (un trailer muy hollywoodense; una macroportada en el periódico Zinemaldia,  un stand publicitario a las afueras del Teatro Victoria Eugenia, donde se podía ver un poster del filme junto a una especie de espejo que distorsionaba a todo aquél que se pusiera delante, y, lo más impresionante...el enorme cartel de la película justo enfrente de Hotel de las estrellas, el Hotel María Cristina...) llegaba, como decía,  el día de su presentación. 


Cuando el nivel de expectación es tan alto, el riesgo de llevarse una pequeña o gran decepción es proporcional, pero afortunadamente no llegó a pasar, sino todo lo contrario, se cubrió y con creces....Y no lo digo porque su metraje  de algo más de dos horas y media,  se me pasasen prácticamente volando, sino porque todo en ella me parece simplemente fascinante: Desde su guión, con unos diálogos muy inteligentes,  dotados de una intensidad abrumadora en ocasiones, eléctricos, y con unos giros narrativos, que convierten todos y cada uno de sus fotogramas, en un gran puzzle donde las piezas juegan a su antojo para terminar todas casando, con la aquiescencia de la mente descompuesta del espectador...; Su Diseño de Producción, con ese sanatorio al más puro estilo "Shutter Island" de Scorsese y con cierta reminiscencia al Hotel Overlook de "El Resplandor" de Kubrick (la llegada en coche de su protagonista atravesando un paisaje montañoso a vista de pájaro y su llegada a tal destino, me hizo recordar aquel clásico...),  sin olvidar otros escenarios en los que se desenvuelve,  como el hogar de Alice Gould, su protagonista, o la recreación del Salón de Baile de un  Gran Hotel...; 

Todo ello avalado por una espléndida fotografía y una banda sonora que marca los tiempos y el peculiar ritmo del largometraje. 

Pero lo que sin duda merece un comentario aparte, es la interpretación de sus personajes: 

Una grandiosa Bárbara Lennie, en el papel de la paciente Alice y un enorme Eduard Fernández, en el del Doctor y gerente del Sanatorio, Samuel Alvar

Bárbara, vuelve a construir un personaje turbio,  oscuro, atormentado, asustadizo, dotado de una portentosa inteligencia y de una ambigüedad innata capaz de poner en jaque a los que la rodean y de sembrar la duda razonable allí donde fija su punto de atención. Personaje de amplio espectro, que vuelve a entroncar a la actriz con esa Magical Girl, personaje perturbador donde los haya, que dejó su huella grabada para los restos, en la historia de nuestro cine...

Y es así como se adentra en una representación magistral de los entresijos de la mente humana, de los espejos que distorsionan el alma y la atormentan, de la sutil debilidad de lo que aparentemente es real y de lo que en realidad es mera apariencia....Con una verbalización soberbia de su personaje, lleno de matices, y una gestualidad simplemente a través de la mirada, que puede hacer virar su personaje, a su antojo, comiendose literalmente la pantalla en todos y cada uno de sus planos ( véase ese el primer plano con el que finaliza la película, que es, simplemente, MA-GIS-TRAL). 

Así es Alice Gould, una femme fatale, a lo Linda Fiorentino, en la "La última Seducción" de  John Dahl, pero con el clasicismo de otra Barbara, en este caso Stanwyck, que se va despojando de su inicial glamour, para volar sobre su particular Nido del Cuco, unas veces enfrentando las penurias de su entorno a lo Jessica Lange, en Frances Farmer, y otras erigiendose en inusual heroína, entre sus congéneres, encarnando una lucha constante entre la cordura y la locura, la verdad y la mentira, la representación y la manipulación, la libertad y la opresión, el ruido infernal de risas toscas y llantos descarnados y el silencio, que dice "no existir", y que ella misma rompe, al son del "Summer Wine"de Nancy Sinatra, con un baile difícil de olvidar....

Y frente a ella, Eduard Fernández, inmenso...Tour de Force  llevado al límite, donde el actor  imparte una de sus mejores interpretaciones, sacando lo mejor de sí y del resto....Y junto a ambos, un elenco perfecto, donde cada cual, juega sus cartas con maestría, desde Loreto Mauleón, hasta Pablo Derqui, Javier Beltrán, Federico Aguado y un largo etc....

En Definitiva, una Gran Película que contribuyó a poner ese Broche de Oro, a un 70 Aniversario...de Cine...Muy Buen Cine.